Puesta a punto de un encendido electrónico.

La gran ventaja de los encendidos electrónicos frente a los anteriores sistemas con platinos, es precisamente que prácticamente no requieren ningún mantenimiento. Los encendidos electrónicos no disponen de elementos sometidos a desgaste como ocurre con los ruptores de platinos, lo que equivale a decir que su vida es ilimitada. Sin embargo, la teoría no siempre se ve reflejada en la práctica, y ocasionalmente este tipo puede dar algunos problemas.

Constante avance tecnológico
Desde los primeros equipos de encendido electrónico hasta los actuales, la tecnología ha avanzado bastante, incluso en algún modelo se llegaron a emplear platinos como ruptores, aunque al no pasar por ellos nada más que una pequeña corriente, su vida se alargaba espectacularmente.
Actualmente, los encendidos electrónicos emplean una bobina y un imán como elementos de control del sistema. Al pasar el imán frente a la bobina, se produce una corriente eléctrica en ésta, que sirve como señal para sistemas electrónicos que se encargan de hacer saltar la chispa en la bujía. Los sistemas pueden tener simplemente un imán que gire solidariamente con el cigüeñal, o incluso varios, de modo que un ordenador sea capaz de saber en cada momento algunos datos, como la aceleración del motor.

Sin mantenimiento
Si el sistema de encendido está colocado en el interior del motor, bien protegido por alguna tapa de la suciedad exterior, no necesita ningún mantenimiento. De todos modos siempre es posible efectuar alguna pequeña modificación. Lo normal es que tanto la bobina como el ruptor, que forman el conjunto normalmente llamado "pick up", no dispongan de ninguna posibilidad de giro sobre sus anclajes, pero siempre se puede agrandar un poco el agujero de acceso para girarlos ligeramente. Salvo en competición, no interesa ni adelantar
ni retrasar el encendido, ya que las motos actuales están sumamente estudiadas con programaciones bastante complejas de encendido, en las que no sólo interviene el régimen de giro, sino otros factores como la posición del acelerador. En cualquier caso, un ligero retraso puede llevar a una aceleración algo superior en regimenes bajos.
Los encendidos antiguos, que no disponían de un soporte informático posterior, eran bastante más sencillos, y ocasionalmente sí que requerían pequeños ajustes. Como en este caso no es posible modificar el avance variable, ya que tiene un funcionamiento electrónico, es la posición inicial de los distintos elementos la única que puede sufrir variaciones.

Si por algún motivo el núcleo estático del encendido puede sufrir cambios en su posición, es necesario comprobar que ésta es realmente la correcta. Para ello necesitamos saber el avance del encendido en un régimen concreto. Una vez que disponemos de este dato, con la ayuda de una pistola estroboscópica y bastante paciencia, podemos llegar a un ajuste correcto.Normalmente, los encendidos más sencillos están situados detrás del volante magnético, de modo que para operar en su posición, hay que extraerlo constantemente. En primer lugar debemos fijar la posición del PMS y del avance del encendido si no está indicada previamente.
Es bastante habitual que figure en el propio volante o en el elemento fijado al cigüeñal en los "pick up" exteriores, si no lo está en el volante del alternado.

Modificar el avance
Para modificar la posición y por tanto el avance, hay que trabajar sobre el elemento estático del ruptor, que es siempre la bobina. Si esto no es posible por algún motivo se debe intentar girar el imán, pero esto puede ser complicado o imposible. En los encendidos CDI no hay imán, sino una placa con resaltes que hace variar el campo magnético generado por la pequeña bobina del ruptor, por lo que puede ser que su giro sea más sencillo. Sin embargo, siempre hay que intentar trabajar sobre los elementos estáticos, ya que al no girar, no tienen posibilidad de sufrir modificaciones en su posición por
efecto de las fuerzas de inercia.
Si el encendido está retrasado al régimen indicado, hay que girar los elementos estáticos en sentido contrario al del giro del cigüeñal, y al revés si está adelantado. Siempre hay que trabajar con precaución y realizar modificaciones muy pequeñas, ya que un adelanto excesivo trae fatales consecuencias. Las operaciones son bastante pesadas si
el "stator" se encuentra tras el volante, y hay que desmontar el sistema cada vez que se va a realizar una nueva modificación.

Sin regulación
En los encendidos transistorizados actuales, la modificación de la curva de encendido es imposible sin la variación de la programación informática, lo que está fuera del alcance del público en general. Una de las ventajas de los encendidos electrónicos frente a los platinos es su simplicidad y su falta de mantenimiento, aunque actualmente sus posibilidades hayan superado enormemente a los antiguos sistemas de ruptores mecánicos. Además, su escasa mantención sigue siendo otra de sus ventajas.

Para regular un encendido hay que conocer previamente el valor del avance a un régimen concreto, que corresponde a un número de grados determinados antes del PMS.

En caso de que el volante no disponga de una marca, hay que buscar el PMS con un comparador y, por medio de un goniómetro, se practica la marca correspondiente al encendido sobre el volante.

Tras conectar la pistola estroboscópica, se lleva el motor al régimen concreto y se comprueba la posición de la marca. Es de gran importancia averiguar con absoluta precisión la coincidencia o el error de las dos marcas.

Si el encendido no dispone del avance exacto, hay que acceder al elemento estático y girarlo convenientemente hasta que, conposteriores pruebas, la señal de avance coincida exactamente con la marca.

Una vez encontrado el punto correcto, se procede a regular la
distancia entre los captadores y el volante, con la ayuda de un calibre de espesores. También esta operación se ha de realizar con suma precisión.

Una vez terminado el ajuste general del encendido, se limpian con pulcritud todos los componentes con un vaporizador de tetracloruro, secándolo posteriormente con papel absorbente muy limpio.